¿LIBERTAD PARA QUE?
Esta es la pregunta que se hace la mayoría de los
ciudadanos en la calle.
De una parte, nos dicen, nos pregonan, nos escriben,
nos comunican e intentan dialogar con manipuladores discursos, de que la
Democracia en este País es un hecho, existe, es real, la tenemos. ¿Dónde está?
¿De qué hechos hablan? ¿Dónde la guardan? ¿A qué llaman real?
Me pregunto;
¿Cómo se atreven decir, Gobierno Democrático? ¿Estado de derecho? ¿Justicia
igualitaria? En un País, donde el Poder Judicial y el Poder Legislativo son
secuestrados por conveniencias viciosas del Poder Político, este, nunca tendrá
una realidad Democrática.
¿Quizás el
libertinaje que practican lo quieren disfrazar etiquetándolo como artículo
Democrático? Quizás, pero me resulta desafiante, escandalosa y tremendamente
peligrosa la idea.
Este pueblo desde
hace años, está más que arto de escuchar, de ver, de asistir pacientemente a
mítines y conferencias dadas por salvapatrias oportunistas, que quieren acceder
al sillón de mando, no porque quieran justo gobierno para un pueblo mil veces
engañado, mil veces empobrecido, mil veces vejado, mil veces ultrajado, mil
veces esclavizado, no. Solo para sentir el poder, vivirlo, saborearlo, gobernar
como sus antecesores, al servicio de su formación o partido, pues esta es la
mejor fórmula de llenar la cartera. Nada les importa que la porquería les esté
llagando al cuello.
Es por todo
ello, que yo, tú, él, nosotros y ustedes, pidamos, demandemos, exijamos y ordenemos
la formación de un gobierno garante en
la Ley, en la Democracia, en la Libertad e Igualdad.
¿Libertad? SI,
para exigir el cumplimiento de nuestros derechos ultrajados y derogados por
decreto.
¿Libertad? SI,
para no dejarnos sojuzgar por la intolerancia cerril de quienes propugnan por
la esclavitud del pensamiento.
¿Libertad? SI,
para huir, con un gesto digno de rebeldía, de las tiranías de clases.
¿Libertad? SI,
para exigir una sanidad pública y digna.
¿Libertad? SI,
para implantar un sistema educativo garante de cultura.
¿Libertad? SI,
para pedir un mejor servicio social.
¿Libertad? SI,
para tener un trabajo justamente remunerado y vivienda digna como cualquier
persona.
¿Libertad? SI,
para tener una jubilación digna, justa, con calidad de vida acorde con lo
pagado y ajustada a la carestía de la vida.
¿Libertad? SI,
para tener un sistema judicial justo y veraz.
¿Libertad? SI,
para elegir libremente a cualquier ciudadano que quiera presentarse como
candidato a un cargo político, con un salario justo y pagar sus impuestos como
cualquier trabajador. Ciudadanos que sean capaces de formar un Gobierno Honrado,
Transparente y Democrático real.
Renegamos de
quienes aspiran a ser libres, a costa, del servilismo, del sometimiento o de la
castración espiritual y cultural de los demás. Lo esencial es cumplir con
nuestros deberes, en el orden político, judicial, social y humano. Precisamente
de aquí es de donde nace el derecho a que se nos respete en el ejercicio de
nuestras atribuciones.
Lo que ocurre es que este País, confiado en los
principios básicos del Régimen Político Radical actual, ha querido ser libre y
no lo ha sido. Justo es que esa libertad cese al arribar al límite que marcan
las leyes ordinarias, (no siempre justas) ya que rebelarse contra las normas
jurídicas de un país, representó siempre rebeldía dañosa e indisciplina
inadmisible. Pero, en cambio, dentro del respeto a los postulados legales, no
es posible cercenar, ni siquiera mermar, los sagrados principios de Libertad que se agitan en el pecho de todo ciudadano consciente.
Abominamos de
los que quieren imponer dogmas político-religiosos como módulos de conducta.
Repelemos asimismo a los que pretenden instaurar sujeciones de la libre
personalidad a masas colectivas, como norma de lucha societaria. Este País, a
pesar de la expresión de esta “Familia
del Viernes” en el poder, necesitamos, ahora más que nunca, sacudirnos su
espíritu depredador.
Quedará muy
pronto desmentida por la realidad de los hechos, ya que nada hay que despierte
una actitud de rebeldía como la negación de esa propia Libertad. En estos instantes es cuando más se necesita descorrer
cerrojos y permitir amplias iniciativas
individuales. Ser libre y practicar esta conducta liberal, se impone para que
la coincidencia de criterios o la diversidad de actitudes, enfoquen con juicio
justo y certero la labor de unos y de otros. Es preciso dejar que plasme el pensamiento ciudadano, que
se exprese el sentir del pueblo.
Por ello ningún
exponente más legítimo y auténtico de la Libertad,
que el recurso del sufragio, con garantías de pureza. Porque el día que este
País vuelva a las urnas y consagre en ellas su libre voluntad de elegir al
candidato que considere, no al que nos imponen, entonces, al cumplirse este
democrático deber, se pondrá en práctica el firme y legítimo derecho de decir, quienes han sido los
responsables de la situación nacional y quienes serán los acreedores a asumir
la dirección del país en el futuro.
Constitución española Título preliminar Artículo 1
2. La
soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del
Estado.
La pregunta es: ¿Cuándo nos la devuelven? Si tiene que
ser por Referéndum, hagámoslo.
José Antonio del Rosario