domingo, 22 de febrero de 2015

OMISIÓN DEL DEBER DE SOCORRO



OMISIÓN DEL DEBER DE SOCORRO


 

TÍTULO IX - De la omisión del deber de socorro

 

Artículo 195

1. El que no socorriere a una persona que se halle desamparada y en peligro manifiesto y grave, cuando pudiere hacerlo sin riesgo propio ni de terceros, será castigado con la pena de multa de tres a doce meses.

2. En las mismas penas incurrirá el que, impedido de prestar socorro, no demande con urgencia auxilio ajeno.

3. Si la víctima lo fuere por accidente ocasionado fortuitamente por el que omitió el auxilio, la pena será de prisión de seis meses a 18 meses, y si el accidente se debiere a imprudencia, la de prisión de seis meses a cuatro años.

Artículo 196

El profesional que, estando obligado a ello, denegare asistencia sanitaria o abandonare los servicios sanitarios, cuando de la denegación o abandono se derive riesgo grave para la salud de las personas, será castigado con las penas del artículo precedente en su mitad superior y con la de inhabilitación especial para empleo o cargo público, profesión u oficio, por tiempo de seis meses a tres años.

Número 3 del artículo 195 redactado por el apartado septuagésimo del artículo único de la L.O. 15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal («B.O.E.» 26 noviembre).Vigencia: 1 octubre 2004

 

 El gobierno de “La Familia del Viernes” sube el salario mínimo 3,30 euros. La mayor subida de salario en toda Europa y del Mundo mundial. El salario mínimo en España es de 645,30 euros. Parece ser que la Pandilla en 2016 calcula que la mayoría de los ciudadanos españoles, vagarán por todo el País en busca de un precario trabajo y un mendrugo de pan que llevarse a la boca. Momento que aprovecharán para hacerse cargo de todas nuestras deudas, tenernos cogidos por los cilindros y hacer de este País su hacienda privada.

 

 Más de 300.000 comercios echarán el cierre debido a la actualización de la renta antigua. Más de un millón de empresas están inactivas, muchas de ellas están inmersas en algún tipo de procedimiento colectivo y con su viabilidad futura un tanto comprometida. Si sumamos las más de 300.000 que echarán el cierre, calcule. Las rentas de alquileres aumentarán considerablemente gracias a la bondad del gobierno.

 

 

 

 Entre 600.000 y 800.000 puestos de trabajo temporal se crearon en la campaña navideña, al finalizar el mes de enero el 85% de los trabajadores fueron al paro. Casi la totalidad de ellos son contratos basura, contratos por horas, media jornada, días o meses. Y en un 95% se vulneran los derechos del trabajador, más horas trabajadas que no se pagan, domingos y festivos por el mismo precio, es decir, el trabajador es reconvertido por el empresario en criado para todo. Esclavitud permitida por un sistema de gobierno caduco que nos transporta a la edad media. De estos contratos basura, entre 300.000 y 500.000 trabajadores ingresarán en la lista del paro.

 

 Más de 6 millones de personas en el paro, pero esto no es del todo cierto. Si calculamos que cada parado tiene a su cargo un mínimo de tres personas, la cifra de los que padecen la exclusión político-social en este país rondaría en los 8  y 10 millones de personas. Hasta el día de hoy, ningún cargo electo ni miembro de  partido político se ha pronunciado al respecto.

 

 

 Más de 500.000 mil familias desahuciadas, los suicidios por esta causa aumentan día a día, no existe una lista del total de ellos. Tal vez no conviene. Las consecuencias más inhumanas de una crisis económica impuesta, son los desalojos forzosos de viviendas. Y es que, hasta ahora, ningún gobierno ha buscado soluciones para el problema de los desahucios. Un desalojo, en la mayoría de los casos, significa que a una familia se la deja en la calle, con todo lo que representa de tragedia humana, social y los suicidios que ello provoca. La respuesta a ese drama puede estar en la Historia y el Derecho romano. Porque hace algo más de dos mil años, la República de Roma tuvo el mismo problema. La dación en pago (el cliente insolvente del banco salda la hipoteca entregando la vivienda), esta fue la solución. La usura bancaria, la venta de casas sociales construidas con fondos públicos y vendidas ilegalmente a fondos buitres, operaciones fraudulentas que parecen estar bendecidas por el actual Patrón en el sillón del poder de este País.

 

 Y si esto no es suficiente desgracia para las familias que ponen en la calle, muchas corporaciones municipales cobardemente castigas con denuncias administrativas a los que acuden a contenedores de basura buscando algo que llevarse a la boca. Un gran ejemplo social de una panda de indeseables a los que por decreto, estamos obligados a pagarles sus grandes y millonarios salarios por ellos mismos pactados.

 

El juramento del Presidente

Juro/prometo, por mi conciencia y honor, cumplir fielmente las obligaciones del cargo de Presidente del Gobierno con lealtad al Rey, guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, así como mantener en secreto las deliberaciones del Consejo de Ministros.

En el acto de toma de posesión de cargos o funciones públicas en la Administración, quien haya de dar posesión formulará al designado la siguiente pregunta:

 

«¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor cumplir fielmente las obligaciones del cargo... con lealtad al Rey, y guardar y hacer guardar la Constitución, como norma fundamental del Estado?».

 

Todos contestaron; SI. ¿Ha servido para algo tanta parafernalia?

 

 El caos y el desmantelamiento de la sanidad pública a favor de la privada. Los centros sanitarios  son los que se han visto más afectados, ya que los recortes implican reajustes horarios e incluso el cierre temporal de plantas, quirófanos y unidades básicas de salud que venían prestando servicio hasta ahora, como la no contratación de profesionales. Los cómplices de este descalabro en la sanidad pública obliga a derivar enfermos a la privada, con el consiguiente y desproporcionado gasto público que esto conlleva en las arcas del estado. El rebrote de enfermedades y epidemias controladas, reaparecen nuevamente a causa de los salvajes recortes que impiden la recuperación de la salud en menor breve tiempo. La conveniente y calculada falta de existencias de medicamentos y profesionales, dejan a cientos de miles de personas con patologías crónicas de por vida (en su mayoría evitables). Y si esto aún no nos parece salvaje, los recortes por mandato político-pendenciero, están dejando un reguero de muertos por el camino, ¿debería llamarle asesinatos?

 

Juramento de Hipócrates

 

"En el momento de ser admitido entre los miembros de la profesión médica, me comprometo solemnemente a consagrar mi vida al servicio de la humanidad. Conservaré a mis maestros el respeto y el reconocimiento a que son acreedores. Desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad. La salud y la vida de mi enfermo será la primera de mis preocupaciones. Respetaré el secreto de quien haya confiado en mí. Mantendré en toda la medida de mis medios, el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica. Mis colegas serán mis hermanos. No permitiré que entre mi deber y mi enfermo vengan a interponerse consideraciones de religión, de nacionalidad, de raza, de partido o de clase. Tendré absoluto respeto por la vida humana, desde su concepción. Aún bajo amenazas no admitiré utilizar mis conocimientos médicos contra las leyes de la humanidad. Hago estas promesas solemnemente, libremente, por mi honor"

 

 Por orden de la superioridad, aquellas personas que colaboran con los inmigrantes en situación administrativa irregular prestándoles asistencia humanitaria pueden ser multadas y castigadas con hasta dos años de cárcel. A este paso, cualquier día empezarán a llamar a los ciudadanos de este País para que den explicaciones de dónde sacaron los alimentos y el dinero para comprarlos, teniendo la mayoría los bolsillos rotos de tanto rascarlos.

 

 Gracias a los Bancos de Alimentos, Comedores Sociales, Empresas y  Ciudadanos Solidarios que distribuyen y dan comida, ropa y calzado. Difundiendo valores humanos necesarios para mitigar la pobreza y marginación existentes, en que la cruel irresponsabilidad de unos gobernantes y partidos políticos que están convenientemente confabulados en hundir este País.

 

 Es responsabilidad del Gobierno de turno, que un tercio de niños vivan en riesgo de pobreza y exclusión social. El Gobierno de turno es el responsable de que quizás, más de 20 millones de ciudadanos estén en el umbral de la pobreza, de que sus derechos constitucionales hayan sido políticamente derogados. Como también es culpable de que la industria en este país es casi inexistente. Y es responsable de que más de un millón de empresas echaran el cierre.

 

 Y no es menos responsable el Poder Judicial, que pregona a los cuatro vientos su independencia política, Ya que pregonan que la Ley civil es independiente, ¿Que les retiene?, ¿Que esperan para intervenir?, ¿Cuantos cadáveres necesitan aún?

«Juro o prometo guardar y hacer guardar fielmente en todo tiempo la Constitución y el resto del ordenamiento jurídico, lealtad a la Corona, administrar recta e imparcial justicia y cumplir mis deberes judiciales frente a todos».

 

 

Para nuestra desgracia, aún quedan demasiados cobardes e incompetentes que la Ley civil, “se la pasan por el ARCO DEL TRIUNFO”

¿Hasta cuándo el furor de los déspotas será

llamado justicia y la justicia del pueblo,

barbarie o rebelión?

Robespierre

 

 

      José Antonio del Rosario

 

lunes, 9 de febrero de 2015

USTED ¿A QUE ESTATUS SOCIAL PERTENECE?



USTED, ¿A QUE ESTATUS SOCIAL PERTENECE?

 

 Una sonrisa irónica suele dibujarse en los labios cuando se pronuncia la palabra, JUSTICIA llamada a desaparecer (si aquellos, valedores de la misma no lo remedian) de la conciencia de los pueblos en los actuales tiempos.

 

 Sonrisa que revela el escepticismo al que hoy hemos llegado; sonrisa que mata las más bellas ilusiones del ser humano inclinadas por naturaleza al bien; sonrisa que hace arder la sangre en las venas al débil, al desprotegido, al enfermo, al desahuciado, al sin techo, al sin trabajo y sonrojar la conciencia honrada.

 

 Ese mohín apenas perceptible que simulan los labios cuando se pronuncian esta palabra, revela un mundo de dañinas ideas, un mundo de frustraciones, un mundo de sufrimientos; revela una sucesión no interrumpida de hechos protegidos por la impunidad; revela el deseo impuro de realizar un plan maduramente concebido, para cuya ejecución no son obstáculos los medios; revela las angustias del que inmerecidamente gime sin esperanza de que termine esa pesadilla.

 

 Cuando se contemplan tantas injusticias sociales, cuando existen tantos crímenes por desamparo que no castiga la Ley, cuando imperan tan irritantes privilegios que llenan de hiel, rabia e impotencia a la mayoría, cuando el vicio se muestra descarado sin que se le reprima, cuando los derechos legítimos del ciudadano yacen a los pies de los caballos y de la sinrazón; parece un sarcasmo pronunciar la palabra Justicia.

 

 La Ley castiga al que a mano armada asalta una propiedad y dependiendo de quien sea, será la pena, al que tal vez por necesidad se apodera de una botella de leche para dar de comer a su familia,  al que injuria o calumnia públicamente dependiendo el personaje, al que por medios violentos o astutos ataca al pudor de una doncella; pero no castiga otros delitos tal vez de no menor trascendencia, que por lo mismo que cuentan con la impunidad han llegado a arraigarse de tal manera que tienen viciada completamente la atmósfera social; no castigan al que introduce la discordia en las familias y envenena las conciencias; no castigan el incivismo, la pendencia, los escándalos en calles y hogares de cada vez más ciudadanos; no castigan a aquellos que presumen de ser justos garantes de la Ley. Que, dúctil, se someten complaciente a determinados manejos de poderosos personajes, y se entregan todo entero a elevadas influencias; no castigan al gobernante ni a políticos que dominados por bastardas pasiones oprimen, tiranizan, que protegen la inmoralidad y el desorden que los de su bando introducen en la sociedad, porque la Ley no les alcanza; no castigan al que engaña al pueblo con falaces promesas, o impasible lo conduce a la ruina, con tal de que logre su fin particular; no castigan al que con maquiavélicos planes se apodera del caudal ajeno, labrando la ruina de muchas familias, y destruye las pruebas materiales de tan innoble adquisición; no se castigan, en fin, esos crímenes morales que emponzoñan; todo lo que su hálito infecto toca.

 

 He aquí la fuente del mal que consume y vicia la sociedad; he aquí el origen de tantas fortunas improvisadas, de tantas escenas desgarradoras, de tantas ruinas inexplicables, de tanta historia tenebrosa, de tanta desdicha oculta, de tanta miseria latente. El pobre que ha cometido un delito común, impulsado por inclinación o arrastrado por las circunstancias, es perseguido, sentenciado y como complemento reducido a prisión, donde cumpla la pena de su culpa. Al poderoso, al rico, al cargo electo, se le dilata en el tiempo convenientemente su juicio, tal vez con el único fin de que sus delitos mayores prescriban.

 

 ¡Cuántas veces un padre o una madre infeliz se ha visto obligado a recurrir a medios indignos para procurar alimento a sus hijos, y hallarse, como desenlace del drama, sumergido en una tremenda impotencia mal sana, aislado de toda persona conocida y llevando un infierno encima al recordar lo que será de su familia fallándole su apoyo!

 

 ¡Cuantas, un inocente o víctima de una injusticia no han sufrido la misma suerte, pagando los pecados de otro que acaso nade en la abundancia y se pasea con la frete alta, como el que tiene limpia la conciencia!

 

 Entretanto el bandido, el corrupto, el usurero, el poderoso empresario, levitan, ese ente hipócrita y soberbio, cuando no ostenta el cinismo más descarado y repugnante, que causa más daños que los asesinos y que los salteadores, merezca acaso el aprecio de las gentes, sea bien considerado, soliciten su apoyo y alaben y admiren la habilidad que desplega para salir airoso en todas las empresas; tal vez cuente con la protección de las personas de valer y toleren sus actos los mismos encargados de hacer cumplir la Justicia.

 

 Mientras no se dicten leyes que comprendan todos los casos independientemente del personaje; mientras no se dé a conocer a las gentes todos estos tipos en sus infinitas variedades, y, después de retirarles las consideraciones, merezcan solo el más profundo desprecio; mientras existan ejecutores de justicia que se postren sumisos a las exigencias de algunos, y entre otros a gobernantes y políticos electos que en lugar de cumplir con su sagrada misión se valen del mando que ejercen para patrocinar abusos, abatir a los que no doblan la cerviz ante inmotivadas pretensiones y se atreven a arrastrar sus iras, y haya quien se envanezca con la impunidad por tener de su parte a aquellos que dictan las sentencias y aplican la Ley; mientras todo esto suceda, los males de nuestra sociedad seguirán adelante y en vez de disminuir aumentarán.

 

El Código Penal dice: CAPÍTULO II – De la omisión del deber de justicia

De la omisión de los deberes de impedir delitos o de promover su persecución

 

Artículo 450

1. El que, pudiendo hacerlo con su intervención inmediata y sin riesgo propio o ajeno, no impidiere la comisión de un delito que afecte a las personas en su vida, integridad o salud, libertad o libertad sexual, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años si el delito fuera contra la vida, y la de multa de seis a veinticuatro meses en los demás casos, salvo que al delito no impedido le correspondiera igual o menor pena, en cuyo caso se impondrá la pena inferior en grado a la de aquél.

2. En las mismas penas incurrirá quien, pudiendo hacerlo, no acuda a la autoridad o a sus agentes para que impidan un delito de los previstos en el apartado anterior y de cuya próxima o actual comisión tenga noticia.

 Pero no hay que perder la esperanza de que la JUSTICIA, más tarde o más temprano ha de ser cumplida, y el día en que esto suceda espirará helada la sonrisa en los labios de los que al oír su nombre sientan alzarse una voz que les acuse desde lo íntimo de su conciencia.

 

 

    José Antonio del Rosario

 

lunes, 2 de febrero de 2015

ABALORIOS DE IMITACIÓN


ABALORIOS DE IMITACIÓN

Con elementos de vida propia, con recursos para marchar con paso acelerado por el camino del progreso, por la senda de la Libertad y la Democracia, el Archipiélago Canario arrastra sin embargo una existencia de precariedad inaudita, una vida anémica que arranca lágrimas de pena y frustración en los hijos de este pedazo de tierra.

La causa trastornadora, la fuerza que retrasa y que impide el desarrollo de los intereses morales y materiales de Canarias, no es otra que el espíritu que desde largos años viene conformando la elección de los partidos para sus Gobiernos; espíritu que solo descubre egoísmos de partidos, ignorancia de cultura, empirismo no racionalismo, y nunca propósitos elevados; en aspiración de justicia, miras de perfeccionamiento y de progreso.

No hago un cargo a los partidos tantas veces dominante, en el manejo de la cosa publica. Lo hago a la masa electoral que con estoica indiferencia presencia las elecciones y ve salir de las urnas, por una o dos docenas de votos, los nombres de las personas que han de administrar nuestros intereses, que han de marcar el derrotero de los negocios públicos, importándole poco que tal derrotero nos lleve a los adelantos o nos lleve al retroceso, al descalabro o mísera existencia.

Por semejantes caminos, nos conducen a los males que nos aquejan, la inacción que nos consume, la anemia que enerva nuestras fuerzas, el desaliento que enfría nuestro vigor, irán en escala ascendente hasta colocarnos en las puertas de la miseria. Lo repito: tenemos recursos con que acudir a la administración de nuestros intereses sólo nos falta inspiración, imparcialidad en la dirección de los asuntos que conciernen a la administración pública.

Demos un momento de tregua a las luchas políticas y concurramos todos a lograr el bien general de que al frente de un Gobierno en cuyas manos está nuestro porvenir, la enseñanza y la sanidad pública, la seguridad y las cuestiones relacionadas con las subsistencias, el bienestar y la educación, el civismo y el respeto, etc, y todo ese cúmulo de atenciones que llevan en sí los gérmenes de nuestra grandeza, o el virus que ha de traernos la postración, el atraso y la desgracia; de que al frente, repito, que en los tantos Gobiernos existentes en Canarias que nos están llevando a la ruina, se coloquen a personas que puedan llevar su delicada misión, sustrayéndose a los reclamos de las facciones políticas, empresariales, caciquiles y demás modos desestabilizadores, consagrándose con fe, con entusiasmo, con imparcialidad y con inspiración.

Esto es lo acertado. Lo demás es dejarnos arrastrar ciegos por el espíritu del suicidio.

Con abalorios en el chaleco se chulea, no es síntoma de progreso.


José Antonio del Rosario