FATAL IMPRUDENCIA
Lamento
profundamente la pérdida del técnico forestal Don Francisco José Santana, como
también lamento la pérdida de fauna y flora causada en el incendio de la isla
de La Palma y el desequilibrio que todo esto conlleva por un desgraciado
accidente.
En lo que
estoy totalmente en desacuerdo es en el “ensañamiento” que ciertos medios de
comunicación han emprendido contra el Sr. Scott. Estos medios de comunicación
se han metido de cabeza en las hemerotecas para rebuscar toda la porquería de
la persona a la que le han pintado la diana para dardearlo por todas partes.
La prensa
amarilla y los programas basura se apresuran en amontonar leña del árbol caído,
para luego prenderle fuego ante sus enfervorizados seguidores y continuar
fomentado la incultura y el changuerío. Ninguno o casi ninguno de estos medios
han pronunciado unas palabras de consuelo hacia el Sr. Scott, por su desgraciada
imprudencia.
Con voz en
grito y fingido escándalo montan un espectáculo cuyo único fin, es el
despiadado y cobarde ensañamiento contra la persona, acusándolo de pirómano, de
maltrato animal, de indigente, de hippy (ser hippy parece que es una enfermedad
contagiosa en el siglo XXI), y agredió a muchos vecinos y animales (?), etc,
etc. Nadie ha optado por la presunción de inocencia.
Los medios
de comunicación no se ponen de acuerdo en precisar la causa de tan lamentable
imprudencia, unos dicen; le dio un apretón y fue a defecar quemando el papel
para preservar el medio ambiente, otros; estaba haciendo la comida le dio un
apretón y fue a defecar dejando al fuego el caldero, las llamas prendió en una
palmera, etc. Parece ser que hizo un fuego controlado para quemar basura y
papel higiénico y el viento jugó en su contra.
Nadie le
ha dado la menor importancia de que el Sr. Scott intentó apagar el fuego con
unas botellas de agua, ni que diera la voz de alarma, de que saliera corriendo
a pedir ayuda a los vecinos para que llamaran a los bomberos y policía. Nadie
ha dicho una palabra de que el Sr. Scott se quedó en el lugar de los hechos y
se declaró culpable ante la policía. La
mayoría de los no pirómanos de este país que provocan tales desastres
accidentales, lo primero que hacen es salir pitando a toda prisa llegándoles
las patas al culo para desaparecer del lugar de los hechos.
Ya es
bastante la desgracia del Sr. Scott, vive en ruinosa casa de okupa, siempre con
su perro. Ama la naturaleza, no fue su intención. Su desgracia es aún mayor,
pues tendrán que pasar por el juzgado y cumplir la pena impuesta por tan
lamentable desastre “NO INTENCIONADO”
Tiempo hace en que los redactores de prensa, radio y
tv contrastaban la veracidad de las noticias para sacarlas a la luz pública.
José Antonio del Rosario