lunes, 23 de diciembre de 2013

¿LEBERTAD PARA QUE?



¿LIBERTAD PARA QUE?

 

Esta es la pregunta que se hace la mayoría de los ciudadanos en la calle.


De una parte, nos dicen, nos pregonan, nos escriben, nos comunican e intentan dialogar con manipuladores discursos, de que la Democracia en este País es un hecho, existe, es real, la tenemos. ¿Dónde está? ¿De qué hechos hablan? ¿Dónde la guardan? ¿A qué llaman real?

 

 Me pregunto; ¿Cómo se atreven decir, Gobierno Democrático? ¿Estado de derecho? ¿Justicia igualitaria? En un País, donde el Poder Judicial y el Poder Legislativo son secuestrados por conveniencias viciosas del Poder Político, este, nunca tendrá una realidad Democrática.

 

 ¿Quizás el libertinaje que practican lo quieren disfrazar etiquetándolo como artículo Democrático? Quizás, pero me resulta desafiante, escandalosa y tremendamente peligrosa la idea.

 

 Este pueblo desde hace años, está más que arto de escuchar, de ver, de asistir pacientemente a mítines y conferencias dadas por salvapatrias oportunistas, que quieren acceder al sillón de mando, no porque quieran justo gobierno para un pueblo mil veces engañado, mil veces empobrecido, mil veces vejado, mil veces ultrajado, mil veces esclavizado, no. Solo para sentir el poder, vivirlo, saborearlo, gobernar como sus antecesores, al servicio de su formación o partido, pues esta es la mejor fórmula de llenar la cartera. Nada les importa que la porquería les esté llagando al cuello.

 

 Es por todo ello, que yo, tú, él, nosotros y ustedes, pidamos, demandemos, exijamos y ordenemos la formación de un gobierno garante  en la Ley, en la Democracia, en la Libertad e Igualdad.

 

¿Libertad? SI, para exigir el cumplimiento de nuestros derechos ultrajados y derogados por decreto.

 

¿Libertad? SI, para no dejarnos sojuzgar por la intolerancia cerril de quienes propugnan por la esclavitud del pensamiento.

 

¿Libertad? SI, para huir, con un gesto digno de rebeldía, de las tiranías de clases.

 

¿Libertad? SI, para exigir una sanidad pública y digna.

 

¿Libertad? SI, para implantar un sistema educativo garante de cultura.

 

¿Libertad? SI, para pedir un mejor servicio social.

 

¿Libertad? SI, para tener un trabajo justamente remunerado y vivienda digna como cualquier persona.

 

¿Libertad? SI, para tener una jubilación digna, justa, con calidad de vida acorde con lo pagado y ajustada a la carestía de la vida.

 

¿Libertad? SI, para tener un sistema judicial justo y veraz.

 

¿Libertad? SI, para elegir libremente a cualquier ciudadano que quiera presentarse como candidato a un cargo político, con un salario justo y pagar sus impuestos como cualquier trabajador. Ciudadanos que sean capaces de formar un Gobierno Honrado, Transparente y Democrático real.

 

 Renegamos de quienes aspiran a ser libres, a costa, del servilismo, del sometimiento o de la castración espiritual y cultural de los demás. Lo esencial es cumplir con nuestros deberes, en el orden político, judicial, social y humano. Precisamente de aquí es de donde nace el derecho a que se nos respete en el ejercicio de nuestras atribuciones.

 

 Lo que ocurre es que este País, confiado en los principios básicos del Régimen Político Radical actual, ha querido ser libre y no lo ha sido. Justo es que esa libertad cese al arribar al límite que marcan las leyes ordinarias, (no siempre justas) ya que rebelarse contra las normas jurídicas de un país, representó siempre rebeldía dañosa e indisciplina inadmisible. Pero, en cambio, dentro del respeto a los postulados legales, no es posible cercenar, ni siquiera mermar, los sagrados principios de Libertad que se agitan en el pecho de todo ciudadano consciente.

 

 Abominamos de los que quieren imponer dogmas político-religiosos como módulos de conducta. Repelemos asimismo a los que pretenden instaurar sujeciones de la libre personalidad a masas colectivas, como norma de lucha societaria. Este País, a pesar de la expresión de esta “Familia del Viernes” en el poder, necesitamos, ahora más que nunca, sacudirnos su espíritu depredador.

 

 Quedará muy pronto desmentida por la realidad de los hechos, ya que nada hay que despierte una actitud de rebeldía como la negación de esa propia Libertad. En estos instantes es cuando más se necesita descorrer cerrojos y permitir amplias iniciativas individuales. Ser libre y practicar esta conducta liberal, se impone para que la coincidencia de criterios o la diversidad de actitudes, enfoquen con juicio justo y certero la labor de unos y de otros. Es preciso dejar que plasme el pensamiento ciudadano, que se exprese el sentir del pueblo.

 

 Por ello ningún exponente más legítimo y auténtico de la Libertad, que el recurso del sufragio, con garantías de pureza. Porque el día que este País vuelva a las urnas y consagre en ellas su libre voluntad de elegir al candidato que considere, no al que nos imponen, entonces, al cumplirse este democrático deber, se pondrá en práctica el firme y legítimo derecho de decir, quienes han sido los responsables de la situación nacional y quienes serán los acreedores a asumir la dirección del país en el futuro.

 

Constitución española       Título preliminar            Artículo 1

 

2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.

 

La pregunta es: ¿Cuándo nos la devuelven? Si tiene que ser por Referéndum, hagámoslo.

 

 

José Antonio del Rosario

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