jueves, 30 de octubre de 2014

¡SOBRE LA MESA, UNA CARRETERA!


¡SOBRE LA MESA, UNA CARRETERA!

Charada, obra representada por la compañía ATÍ Canario te Cuento


El Consejero portavoz de mirada cachonda, hace sonar una campanilla; todos los badajos se paralizan; es decir, todas las lenguas de mujer y hombre se callan, y se hace un silencio en el que puede oírse hasta el saltar de un sigarrón, si el caso llega...

Empieza la lectura de la DENUNCIA de un pueblo olvidado, reivindicando, una vez más y van… una carretera decente y en condiciones de tránsito; hay en todos los rostros una alegría tal de iluminados, que ya no se sabe si el calor está en la ropa.

La voz del Consejero portavoz de mirada cachonda, lee los títulos para que los oyentes den su opinión al respecto.

Se oye una voz que pregunta.
¿Quién firma eso?

Un tal Roque; dice el portavoz de mirada cachonda. Y añade:
¿Conoce alguno de ustedes a ese tal Roque? ¿Le ha visto en algún lado?

Nadie da razón del tal Roque que firma tales versos en la DENUNCIA del pueblo olvidado, y la sección continúa.

Pregunta sin pizca de malicia del Consejero de vías y obras; chacho, ¿otra denuncia por un camino?

Que se lea, que se lea eso del tal Roque, dijo un pollo con pantalón muy ceñido y curvas provocativas.

Y los versos de la DENUNCIA de Roque se leyó, con el general regocijo de la gente iluminada, que como libélulas escandilavan el hemiciclo de sesiones.

¡Qué bien está eso!
Dijo un pollo de pálido semblante, mirando al Consejero de vías y obras, lanzando un suspiro de Pascua de Resurrección.

¡Cómo nos han conocido!
Preguntó un esmirriao con corbata de colores de la tercera fila, poniendo una cara desmadejada y lánguida la mirada, que parecía haber recibido demasiados disgustos.

Y el dueño del patio de poco más de metro y medio, al que llaman presidente, hizo un comentario elogioso:

Indudablemente, queridos hermanos y queridas hermanas más, los versos del Roque tienen gracia. Yo no creí nunca que del tal Roque se sacara tanto partido, ¡Cuidado que decir! que con un Roque de éstos se le estropea al más fuerte, hasta el caminar.

¿De dónde es el tal Roque?
Preguntó cándidamente uno que estaba en el Limbo.

De una Aldea.
Contestó otro con pito de flauta.

¡Que se callen! clamó una voz atronadora.
¡Qué imprudente! ¡Con las damas que hay aquí oyendo!

El Consejero portavoz de mirada cachonda: rezongó.
Nuestras queridas damas tienen carta abierta.

Y todos los lumbreras presentes, temblaron de emoción.

Se hizo de nuevo el silencio.

La voz del Consejero de vías, obras y ahora también de caminos, cogió las riendas, leyendo los epígrafes. ¿Trucos, no?; Pregunta sin sentido.

Aquí, uno que dormitaba, dijo anhelante, ansioso de atrincar la puerta que en sueños se le presentaba entornada, incitadora:

¿Quién, quién está aquí abierta?

Una separá con piquito de loro, sacudió al dormilón, advirtiéndole entre molesta y desconsolada, muy por lo bajo: ¡Nadie, hombre, nadie: guárdese usted la llave...!

Y ahora un comentario, después otro, hasta que llegó el breve resumen desde los bancos azules con el número uno, del que mide poco más de metro y medio, al que llaman presidente, en éstos o muy parecidos términos:

Hermanos amadísimos, hermanas más amadísimas todavía que los hermanos. El motivo de esta matinée no ha podido ser más ameno y simpático.

Ayer ha reaparecido la DENUNCIA del tal Roque, y hoy hemos tenido que reunimos para ahondar sus versos. Yo bien sé que a los señores que escriben desde esa Aldea, les van a sentar mal estos elogios míos al tal Roque, pero que se jeringuen.

A cada cual hay que darle lo suyo, aunque con mucha frecuencia se le quite lo propio. Y perdónenme la franqueza.

Aquí el pollo de las curvas estatuarias se palpa su amplia base.

Yo bien sé, continúa arengando el que perdió el cuarto de hora: queridísimas hermanas y hermanos menos, que a los del pueblo olvidado le habrá sabido mal mis elogios hacia el señor Roque, pero por eso, precisamente, nos debe saber bien a nosotros.

Hay que practicar el sabio aforismo de “al prójimo contra una esquina”. (Rumores de aceptación en el patio, y... otros rumores en las habitaciones casi a oscura)

En resumen; para no cansarles más, yo propongo que todos ustedes compren semanalmente los divertidos versos del Señor Roque, como si de un amuleto prodigioso se tratara. Léanlo, colecciónenlo, encuadérnenlo, archívenlo, bendíganlo...

Y de este modo, no lo duden, aprenderemos en él muchas cosas y nos prepararemos para la liquidación final de no llevar a votación, la finalización de la primera parte de la segunda parte de la parte primera, de la carretera de la Aldea intencionadamente olvidada por esta compañía, por los siglos de los siglos, amén.

Estruendosos aplausos y vítores, socarronas sonrisas de gozo y alegría, abrazos, codazos y besos, entre los hipócritas mamones que llenaron el patio de butacas.

Y la tan necesaria carretera, quedó sobre la mesa.


José Antonio del Rosario

miércoles, 22 de octubre de 2014

¿CARRETERA, O EL CHANTAJE DE UNA PROMESA?


¿CARRETERA, O EL CHANTAJE DE UNA PROMESA?


En 1932 el diputado a Cortes por esta provincia, señor Guerra del Río, visita el lejano pueblo de esta isla de Gran Canaria; La Aldea de San Nicolás, más lejano por la carencia de carretera que por la distancia que lo separa de Las Palmas. Tratase de una importante comarca agrícola, de fértiles tierras que producen plátanos, tomates, y otros frutos para la exportación.

Conocía el señor Guerra del Río las necesidades y aspiraciones de La Aldea de San Nicolás y Mogán, que por lo pronto pueden concretarse en un solo y vehemente anhelo, a saber: tener carretera. No admite excusas de ninguna clase que en un territorio como el de Gran Canaria aún existan tres pueblos sin vías de comunicación como en los tiempos primitivos. Esos tres pueblos abandonados de la acción protectora del Estado son Artenara, La Aldea de San Nicolás y Mogán.

Existían estudios y proyectos en tramitación; más lo que se necesita es subastar y acometer las obras de la carretera. Al Parlamento llevó el señor Guerra del Río la cuestión de la carretera de Agaete a La Aldea de San Nicolás por parajes rocosos. Pedía que se prescindiera del trámite del replanteo, notoriamente innecesario, con objeto de ganar el tiempo que se ha perdido, aguardando el pueblo de La Aldea de San Nicolás lo que no acaba de llegar: la tan ansiada carretera.
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Pocos lugares de la isla ofrecen nada más hermoso como la bella y pintoresca Aldea de San Nicolás cuyo valle cercano a la costa, situada al oeste de Gran Canaria, en la parte baja de la misma, sólo alcanza una altura de treinta y dos metros sobre el nivel del mar. Dista de Las Palmas unos setenta y tres kilómetros.

Es un hecho verdaderamente lamentable el que la rica y próspera Aldea de San Nicolás no cuente aún con la nueva carretera, pues la única vía con quien puede unirse por el noroeste y norte de la isla es con la de Agaete. Y esta peligrosa vía a lo largo del año se cierra al tráfico en numerosas ocasiones por desprendimientos y accidentes. La solución al problema del florecimiento agrícola, social, cultural y sanitario es la nueva carretera tantas veces demandada por los aldeanos en particular y grancanarios en general, pero “La Familia Política” en estas tierras miran más por sus intereses particulares que por los generales de un pueblo.

Una razón hay para que llegue a esta aseveración que acaso pueda parecer demasiado categórica, y que, aun aislada, estimo es lo suficientemente poderosa para justificarla.

La aproximación material y moral de La Aldea de San Nicolás, que entre otras muchas excelencias tiene la de que sus habitantes sienten un patriotismo de tipo perfecto: el que hace simultánea una real y extraordinaria exaltación del cariño hacia todo lo canario con un espíritu abierto, comprensivo, sin una sombra de xenofobia, civilizado, en Una palabra.

Pienso, aunque no se tenga en cuenta más que el aspecto material y económico de la cuestión, la enorme trascendencia que ha de tener en un porvenir próximo el que prácticamente todos los aldeanos que van y vienen a la Capital hagan este viaje rapidísimamente, en una hora y poco más, cuando ahora tardan más de dos, la mayoría de la población estudiantil y trabajadora tiene que alquilar habitación y pagar su sustento, y aquella otra que por motivos de salud o diligencias administrativas tienen que pernotar, puedan llegar el mismo día de su salida a La Aldea de San Nicolás. Máxime, en época en que las economías familiares son precarias, gracias a la crisis que el politiqueo interesado nos endosó. Los aldeanos, que sufren más directamente su alejamiento actual, no se merecen tanta zarandaja política, ellos miran el establecimiento da la nueva carretera como una aspiración suprema.

El 18 de febrero de 2009 se adjudican las obras del tramo La Aldea- El Risco por un presupuesto de 87.921.866,19 euros y con el plazo de finalización de septiembre de 2012. Los aldeanos esperaban al menos, tener terminada la carretera hasta El Risco, de la jurisdicción de Agaete, que comprende la mitad aproximadamente del camino entre los dos municipios.

Las obras se inician el 2 de julio de 2009 y después de una serie de modificaciones en el proyecto de ejecución, fijan la fecha de finalización de este tramo el 30 de junio de 2014. Estas esperanzas pronto se disiparon. La compañía que ejecuta los trabajos los ralentizó desde hace algunos meses.

Octubre de 2015 ¿Cómo crear esta línea de manera suficientemente organizada para que quede asegurado su funcionamiento definitivamente y sin las intermitencias que hasta ahora se han tenido en sus ensayos?

Todavía La Aldea de San Nicolás se conformaría si esta crisis nacional impuesta desde el poder político u otras circunstancias impidiera acometer necesarias obras de comunicación. Pero cuando se realizan trabajos de lujo, como carreteras que no llegan a ninguna parte y grandes obras de ingeniería, se aprueban con partidas millonarias que se adjudican y una vez terminadas se aparcan con la cobarde idea de inaugurarlas cuando la ocasión del chantaje político convenga. Obras que carecen de mantenimiento y vigilancia, con el consiguiente deterioro y su desmoronamiento. Que más da; Los tahúres políticos satisfacen favores prestados y apaciguan sus ludopatías de juego con partidas innecesarias, mientras, el contribuyente paga. Así, se ha llegado a no creer en nada ni en nadie.

No; no es política económica ni material, ni social, ni educativa, ni laboral, como tampoco sanitaria. Es política oportunista, rastrera y opaca, el juego que está haciendo la “Familia Política” es dictatorial, partidista y corrupto. No; este juego, no es democrático. Dentro de las leyes aún vigentes y de las nuevas que puedan redactarse, hemos los ciudadanos, por imperiosa participación de actuar, ajustándonos, eso sí, en lo posible y legal, a lograr un País en Justicia democrática y en Democracia con justicia.

Y que decir de aquellos, guardianes de la Ley que pregonan a los cuatro vientos ser esta igual para todos, cierto es y dicen verdad. Pero, ¿no es menos cierto que estos valedores y ejecutores de la Ley, condenan o absuelven al infractor dependiendo quien es y a que estatus social pertenece? Desgraciadamente, muchos guardianes pisaron o se han visto obligados a meterse en el charco por aquellos que están dentro que ya difícilmente hacen pié, y le salpicaron las gotas de la desvergüenza.

Se han presentado nutridas comisiones de vecinos de todas las clases sociales, en todos los departamentos representativos del Gobierno de Canarias y del Gobierno de la Nación, entregando a sus titulares escritos en mil y una formas redactados y firmados por el Foro Roque Aldeano y Alcalde del municipio, en representación del pueblo con las siguientes conclusiones:

La continuación sin más demora de los trabajos, hoy paralizados sin saber aún su causa, de la carretera de La Aldea de San Nicolás al Risco de Agaete.

Que se ejecuten los trabajos por administración lo antes posible, del resto de la carretera del Risco a Agaete, cien veces estudiada y aprobada en presupuesto.

Los aldeanos en particular y los grancanarios en general, no esperamos de Ustedes limosnas ni glorias políticas. Esperamos que aquella promesa categóricamente pronunciada mil y una vez en mítines, medios de comunicación y programas electorales, sea real.

En esta partida, ya no se admiten chantajistas ni tahúres.

Forzoso es insistir en la demanda y continuar abogando por la construcción de la nueva carretera de La Aldea de San Nicolás hasta que sea una realidad en beneficio general de la isla y particular de aquel pueblo largamente olvidado.


José Antonio del Rosario

miércoles, 15 de octubre de 2014

CARTA AL Sr. PRESIDENTE DEL CABILDO INSULAR DE GRAN CANARIA


Carta al Sr. Presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria

 Sr. Presidente, los grancanarios creíamos o estábamos convencidos, de que los proyectos de obras aprobados y adjudicados por concurso a una empresa por el Cabildo Insular de Gran Canaria, al cual Usted representa,  era que el resultado final de lo adjudicado, pertenecería a todos los grancanarios. 

 Le formularé nuevamente la pregunta Sr. Presidente, ¿Es de los grancanarios el patrimonio del Cabildo Insular de esta Isla, del que Usted es el responsable de gestionar y preservar?, ¿Oh este patrimonio es de la corporación de turno que gobierne?

 Desde hace tiempo es Voz Pópuli en todas las isla y posiblemente en todo el territorio peninsular, que un presidente de una entidad deportiva de estas Ínsulas, hace uso y disfrute a su antojo de salas, salones y áreas diversas para asambleas, comités, cenas navideñas, brindis y cualquier evento que le venga en gana, en un complejo público deportivo de esta Capital como si de su propiedad se tratara. 

 También comenta la voz del pueblo, el proyecto de las nuevas gradas del recinto deportivo de esta Capital. Unas obras que permitirán mayor aforo, este subiría unas 1.820 plazas. Las pistas de atletismo serán historia. El Cabildo de Gran Canaria asumirá el coste de la obra, cerca de tres millones de euros. Serán unos cuantos más, ya que a todos ellos le asquea decir verdad. Un partido político votó en contra, muchos aficionados y ciudadanos rechazan estas nuevas gradas.

 La novelería del pueblo también dice y comenta, que se quiere convertir una de las torres del recinto deportivo, en la nueva sede del club privado, con residencia para futbolistas incluida, nada se dice para los que practican otros deportes, además de un museo y un restaurante. Una de las veladas exigencias para ubicar la nueva Ciudad Deportiva de la entidad privada, y si no es posible en la mencionada torre, en el espacio público anexo al recinto deportivo.

 La Federación Insular de Atletismo de Gran Canaria, como la mayoría de los grancanarios elevamos nuestra protesta: Que el Estadio de Gran Canaria, no es ni pertenece a una entidad deportiva privada, aunque el presidente de la misma crea que sí. Y que, pese a ser una entidad de la que todos nos podemos sentir orgullosos, no representa a toda la población de ésta isla, ni tampoco los que van al estadio a seguirla y apoyarla, sino solo a una parte.


 Es obvio recordar que el mencionado recinto deportivo se ha hecho con dinero público, invirtiéndose una cantidad que a día hoy todavía no tenemos ni puñetera idea. La maqueta estuvo exhibida durante meses en el Centro Comercial 7 Palmas, y que se nos “vendió” a todos los Grancanarios. ¿Cuánto dinero público hay que invertir para que un presidente de un club privado se encuentre cómodo, satisfecho, relajado y creyéndose dueño del lugar?


 Dicen que nadie usa las pistas de atletismo, desde la Federación Insular de Atletismo, contestan; cómo podemos usarlas si nos las tienen vedadas, ¿Orden directa del presidente del club privado o es directamente suya Sr. Presidente? Hay en esta Isla campeones y subcampeones de España, también poseemos uno de los primeros ranking Español y Europeo. Todos ellos Gran Canarios, que han tenido que emigrar.


 Otra pregunta Sr. Presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria ¿Recibe las arcas de la digna institución que Usted preside, algún dinero por la venta de entradas, por la ocupación y uso del recinto de juego, por el uso indebido de salas o salones, para otros eventos extradeportivos, “oh ese dinero va a parar a los bolsillos del presidente del club privado, para gestionar su Sociedad Anónima Deportiva”? Si el párrafo entrecomillado es cierto, ¿tendremos los grancanarios que seguir pagando más entuertos, gracias a políticos y políticas de conveniencias?


 Aprovechando esta carta Sr. Presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria, le hago mi solicitud, para uno de los salones del recinto público deportivo en el Estadio de Gran Canaria de esta Capital, “orgullo de los grancanarios e Ínsulas cercanas” para un almuerzo que tengo pendiente con mis amigos. Y ya que estamos, animo a todos los grancanarios a solicitar una sala o salón para un evento cualquiera, las pistas de atletismo y terreno de juego. Al fin y al cabo Sr. Presidente, el patrimonio del Cabildo Insular de Gran Canaria es de todos los grancanarios, no de unos pocos. 




José Antonio del Rosario