viernes, 24 de agosto de 2012

LEGÍTIMO Y VERDADERO



LEGÍTIMO Y VERDADERO
 
 
 Cuenta la historia, que después de largos debates y de acaloradas discusiones en que todos los presentes pusieron a contribución su ingenio y su travesura, cansados y aburridos de no dar con la apetecida solución, exclamaron algunos: ¡QUE GRAN COSA ES LA LEGITIMIDAD Y LA VERDAD!
 Mas de ocho meses ha trascurrido desde que aquellas palabras asomaron espontáneamente a los labios de los que buscaban poder a toda prisa que legalizara su insensata manipulación, y en tan largo espacio de tiempo y después de tantos desengaños sufridos y de tantas esperanzas frustradas, en medio del desconcierto y de la anarquía que devora a los manipuladores, cuéntase que muchos, aclarando el pensamiento que aquellas frases encerraban, dicen ya en voz alta y sin misterios: LA SOLUCIÓN ESTÁ EN “LA LEGITIMIDAD Y LA VERDAD”  LO LEGÍTIMO  Y LO VERDADERO ES LO ÚNICO QUE PUEDE SALVARNOS.
 
 Si estas palabras hubieran sido pronunciadas con fe y con patriotismo; si el amor a la patria hubiera ahogado todas las malas pasiones que socavaron y conmovieron el poder y las instituciones; si la “FAMILIA” triunfante hubiera tremolado con decisión la bandera del derecho de la legitimidad y la verdad; acaso entonces la “FAMILIA”, transigiendo en bien del país,  por una vez, hubiera sido una tabla de salvación en la borrasca revolucionaria, para los mismos que locamente habían dado pábulo al incendio que amenaza destruirlo.
 
 Pero ya es tarde. Si la “FAMILIA” hubiera evitado la anarquía y el desbordamiento, y encauzado el movimiento político dando satisfacción a toda clase de intereses legítimos y verdaderos; hoy e1 país, cansado de tantas convulsiones inútiles,  herido en sus mas caras creencias, desencantado de la felicidad y abundancia prometidas, avergonzado del papel que se le obliga a representar en Europa, y horrorizado con tantas corruptelas y mentiras, no consentirá que invoquen la legitimidad y la verdad los mismos que la negaron en Enero, ni permitirá que lo que hoy constituye su única esperanza, venga a servir de escudo y salvaguardia a los autores de las desdichas de España.
 
 Ya es tarde para tocar en las puertas y pedir ayuda a la legitimidad y la verdad. Entre ella y ustedes existe un abismo que es imposible salvar. Han insultado groseramente, han mentido y calumniado a mansalva a la ciudadanía; han roto todos los diques sociales; tienen por el suelo el principio de autoridad y envuelto al país en dolor, ruina y miseria; han hecho pedazos todo vínculo de obediencia y de respeto; han desprestigiado y rechazado un sistema democrático real, aplaudiendo y llevando la humillación del pueblo español por suelo extranjero, para ponerla a los pies del primer especulador que quiera aceptarla, y ahora, cuando se ven perdidos, cuando el cabreo de los ciudadanos amenaza pasar por encima de sus cabezas, cuando casi nadie acata ni reconoce su autoridad; ahora cuando han despilfarrado la hacienda y no tienen crédito en ninguna parte si no piden un rescate soberano, hundiendo aún más al país cuyos ciudadanos no lo pagará ni vendiéndolo por parcelas, quieren a todo trance salir de la practica dictatorial impuesta que les asfixia y echan de menos el poder de la salvación legítima y verdadera.
 
 Ya es tarde. La legitimidad y la verdad es una gran cosa, como ustedes dijeron; la legitimidad y la verdad es la única solución a los males del país; pero la legitimidad y la verdad es incompatible con ustedes y con su descabellada práctica dictatorial. La legitimidad y la verdad vendrán, porque el país arruinado por ustedes la quieren y la desean; pero vendrán, no a legalizar su anarquía “FAMILIAR” sus desórdenes y corruptelas, sino a devolver a España la tranquilidad y la riqueza que ustedes le arrebataron, a restablecer el poder de la ley, que ustedes han ultrajado, y a reparar el largo catálogo de sus injusticias é iniquidades.
 
 La legitimidad y la verdad es el orden para nuestra  desgraciada sociedad. La legitimidad y la verdad son la paz, la verdadera libertad para los que no medran con las turbulencias y los desórdenes. La legitimidad y la verdad son la justicia y el principio de una era próspera y feliz para la desventurada España.
 
 La legitimidad y la verdad, en fin, es la terminación de la orgía revolucionaria “FAMILIAR”.   ¡QUE GRAN COSA ES LO LEGÍTIMO Y VERDADERO!
 
José Antonio del Rosario