jueves, 16 de mayo de 2013

LA BOTA DE LA "FAMILIA" CONTIÚA APLASTÁNDONOS




La bota de la “FAMILIA” continúa aplastándonos



 El Gobierno volverá a subir el copago a los dependientes. Continúan los suicidios por los desahucios. Nos siguen recortando nuestros derechos y nos imponen más sacrificios.

 "Escandalosa" la cifra de 88,1 millones de euros en concepto de pensión que va recibir el exvicepresidente del Banco Santander, Alfredo Sáenz tras abandonar su puesto en la entidad. El Gobierno continuará arruinando este País en beneficio de los privilegiados.

 El Presidente del Gobierno Central justifica que incumplió el programa electoral dado a los ciudadanos para evitar el “crack de este País” es decir, engañó a la mayoría de los ciudadanos con descaro y cobardía. ¿Alguien ha visto a esa señora que llaman JUSTICIA?

 El Gobierno Central aportó cuatro millones de euros para pagar los salarios de noviembre de más de 84.000 funcionarios y pensionistas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), en el marco de una contribución de cuatro países europeos. La delegación en Jerusalén de la Unión Europea anunció la aportación total de 7,4 millones de euros, en la que también participan Suecia y Holanda (con 1,2 millones cada uno) e Irlanda (un millón). Público.es 23/12/2012. El Gobierno Central se erige en una ONG y regala millones de euros a países extranjeros. Se seguirá recortando salarios a nuestros funcionarios.
 
 
 
El panorama político no puede ofrecerse más diáfano para la actuación del Partido Familiar en el Poder. Este aguarda que por sí sola se liquide la actual situación promovida por el descontento de la mayoría de los ciudadanos, para intervenir a fondo. Y esa liquidación tienen que rendirla sus señorías en el Parlamento de una vez por todas, ante la insistencia de la opinión pública y no porque un partido tenga la mayoría de votos. Escuchen al pueblo y dejen de mirase el ombligo.


 El señor Presidente del Gobierno Central, espíritu de temple dictatorial, revestido siempre de un inadecuado criterio político, ha vaticinado el próximo cambio de la situación. No es el pronóstico aventurado de un visionario optimista, sino la interpretación fiel de la realidad pesimista que por decreto ha impuesto en este País. Todos los acontecimientos se conjuran contra la permanencia de esta “FAMILIA”  en el Poder bajo la égida del señor Presidente del Gobierno Central. Demandamos lo que nos quitaron, lo que nos están quitando, la sanidad pública, la educación pública, el estado de bienestar, el por qué tenemos que financiar empresas privadas como la banca, entre muchas más, el por qué tenemos que consentir que empresas privadas gestionen lo público cuando es misión del funcionariado a nuestro servicio, una justicia igual para todos de la cual carecemos, etc, etc, etc.
 
 Por todo ello el pueblo clama, con ademán consciente de civismo, por la instauración de un sistema DEMOCRÁTICO REAL de garantía.
 Se siente vibrar, reciamente, pero serenamente, un hondo sentimiento en pro de la reivindicación de los principios de justicia. Es preciso, indispensable para el orden y progreso de la vida de este País, que se supriman de raíz los privilegios de clase y se ampare al derecho ciudadano con una norma de equidad. Que tan irritante y vergonzoso es rendir pleitesía a los pergaminos, como el doblegarse; ante las exigencias arbitrarias del caciquismo de turno.
 
 La autoridad de un Gobierno, en íntima fuerza vital, ha de recibirla del pueblo mismo. La Democracia ha de persistir y consolidarse por una corriente de cordialidad, de asistencia y de fe entre el pueblo y sus gobernantes. La fuerza de solidaridad democrática que nazca, ha de enterrar sus raíces en la conciencia y el fervor del país que ha de regir. Sentir y solucionar nuestros problemas, colaborar a la extirpación de la anarquía política y empresarial, unirse ante el respeto sagrado al Derecho, identificarse con el dolor sangrante de un país empobrecido por decreto, son y deben ser los postulados primordiales de todo ser que se precie de buen ciudadano.
 

 Por eso es una gran mentira y origina un gran daño, afirmar que este País no tiene reparación posible. Un país se redime, siempre de sus males con gobernantes justos que tengan detrás el clamor entusiasta de un pueblo que sepa, sentir esa justicia y se haga acreedor de ella. Nunca con un “ORDENO Y MANDO” Como no se levantara jamás del todo y del desprestigio, es con la indiferencia ante la perversión o el asentimiento servil ante el atropello político y caciquismo empresarial.
 
 
José Antonio del Rosario







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