lunes, 10 de septiembre de 2012

BAÑADEROS, PUERTO DE MAR



BAÑADEROS, PUERTO DE MAR

 

  Este pintoresco caserío aruquense situado frente al inmenso océano que, en lucha tenaz  y constante contra el acantilado litoral, muestra como trofeos  de sus triunfos sus playas; también  parece haber sido el cincel que  ha modelado el carácter de sus  hombres fuertes y duros como rocas que, en su afán de ganar terreno para el cultivo a las  montañas y colinas que les rodean han escalado victoriosos hasta sus cimas, convirtiendo lo que eran auténticos eriales en jardines frondosos.

 
  Remontándonos al segundo tercio del siglo XIX, Bañaderos fue puerto de mar y a ello se debió que en sus alrededores se empezaran a construir casas y más casas y que se fuera poblando rápidamente. En las Sinodales del Obispo  Dávila, del 28 de agosto de 1734, Bañaderos, con el Cardonal y San Andrés tenían solo 40 habitantes y al paso de unas décadas contaban ya estos pueblos con una población 25 veces mayor. En 1.737 Bañaderos contaba con 40 vecinos.

 
  ¡Bañaderos, puerto de mar! Fue este un hecho que repercutió considerablemente en su auge, porque dada la distancia que hay de Arucas a la capital y no existiendo aún la carretera, alguien con visión de las cosas y velando por el mayor rendimiento económico del cultivo, que entonces estaba en boga, el de la cochinilla, propuso la acertada idea de aprovechar la pequeña rada existente (conocido como; Puertito, Puerto de Bañaderos y Puerto de Arúcas) “ esta rada ó ensenada dio mucho mas tarde nombre al barrio de, El Portillo ó El Puertillo, como se conoce actualmente” para construir un muelle y por él embarcar la preciada carga procedente de la campiña aruquense, cosa más expedita, que llevarla en lomo de bestias hasta Las Palmas. Según la prensa de la época, este se encontraba entre Punta Camello y Los Palomares.

 
  Y así en junio de 1863, según los periódicos de entonces, salía del Puerto de San Telmo, por primera vez, para Bañaderos, el bergantín Macacoa, bajo el mando del patrón Juan Ruiz y Ruiz y, el de la misma clase Rosalía que mandaba Francisco del Castillo. Las citadas embarcaciones no volvían al punto de origen, evitándose así el contornear por segunda vez la Isleta, cosa rada agradable, sino que seguían su viaje hasta Santa Cruz de Tenerife, donde transbordaban sus cargas a los buques que desde allí la habían de llevar a los países de Europa interesados en el mercado de la grana, especialmente a Inglaterra. Más, antes de zarpar hacia la isla hermana cargaban también en los embarcaderos de Sardina y de Las Nieves las cosechas de Guía, Gáldar y Agaete. Esto se hizo durante un periodo, no muy superior a los dieciocho años, pues a partir de ese tiempo los periódicos no insertan anuncios de barcos para Bañaderos.
 
 
  Cuando Bañaderos  empezó a estructurarse, era alcalde de Arucas don Bruno González Castellano que, por su visión de futuro y por sus inquietudes urbanísticas, más bien parece un hombre de esta época y así, en el acta municipal correspondiente al día 21 de enero de 1865, leemos: El señor alcalde que, enterado de que a los señores que componen la Comisión de Ornato se les habían acercado varios vecinos de la Costa de Bañaderos solicitando la demarcación de sitios para la fábrica de algunas casas en dicho pago y que, conocido por su parte, que de una buena dirección podría hacerse en dicho punto una población de regular aspecto, cree sería conveniente y útil que, sin pérdida de tiempo, se proceda a delinear sus calles por ser una población de nueva creación, capaz de admitir muchas mejoras que redundarían en beneficio de aquellos vecinos. En su virtud, dispuso la municipalidad que, estando a cargo de la Comisión de Ornato, todo lo relativo a la Policía Urbana efectuar la delimitación de las calles de la Costa de Bañaderos procurando que queden convenientemente demarcadas, a fin de que las casas de nueva plantación se construyan arregladas a la nueva delimitación, formando al efecto, en este sentido, el expediente que corresponda.
 
  Esta preocupación determinó que, este pueblo sea uno de los mejores logrados en el término municipal, con calles rectas y bien trazadas y que, como estaba previsto, en su centro quedará el espacio suficiente para la construcción de una amplia plaza frente a la iglesia, que hoy con sus frondosos árboles constituye un rincón ameno y encantador. En el repetido año 1865, que señala el momento culminante del cultivo de la cochinilla, se crea la primera escuela de este pueblo, siendo su maestro don Antonio del Toro, que al frente de la misma realizó una meritoria labor, reconocida y justipreciada por sus coetáneos. Como dato informativo diremos que a la sazón, el sueldo de un maestro era de mil reales de vellón al año, unos cincuenta duros, que los cobraban de los Ayuntamientos que desde entonces pagaban mal y tarde.



  En el año 1866 se aprobó el plan general de carreteras de la isla y a consecuencia de este hecho empezó la que desde la capital se dirigía al norte, que nueve años más tarde llegaba a la plaza de San Sebastián de Arucas. Entonces se recrudeció el problema de por dónde había de seguir y de las tres ideas que se barajaban y que ya hemos expuesto en anteriores crónicas triunfó la de los que opinaban que debía ir por la Costa de Lairaga, que era la denominación que por aquellos tiempos se le daba al sector de Bañaderos y que es, el que históricamente le pertenece, siguiendo luego por Cuesta de Silva y Guía. Decidido ya este extremo, se saca a subasta el trozo que uniría a Arucas con Quintanilla que se le adjudica al contratista, hijo de este pueblo, don Rafael Henríquez Marrero por un hilo de 117.114 escudos, dándose principio a las obras en noviembre del año 1875, invirtiendo en las mismas un año. Este fue otro reactivo que estimuló el desarrollo de Bañaderos, mejor dicho, de la Costa de Lairaga, y que trajo consigo una era de esplendor y bienestar para sus pacíficos moradores. No debemos olvidar que este pago ocupó siempre un lugar muy importante en cuanto a la calidad y cantidad de sus frutos dentro del ambiente agrícola aruquense.

 
  Así surgió el caserío de la parroquia de San Pedro de la Costa de Lairaga, situado frente al populoso mar, que se extiende hasta una lejana línea en que mar y firmamento se fusionan y confunden.

 

   Los naturales de la Isla llamaban a esta franja costera del Norte, “Territorio  de Airaga” que comprendía, según crónicas antiguas, desde San Felipe hasta la entrada de Guanarteme. Durante y después de la conquista (1.402 (1.478-1.483)) sus nombres fueron: Costa de Airaga, Costa de Lairaga, Los Vañaderos, Costa de los Bañaderos y Bañaderos, como se conoce actualmente.

 

Museo Canario


  Para concluir, decirle a todos aquellos que dicen ser políticos por tener cargo ó se autodefinen políticos como si de una carrera se tratara, (que no necesita bachiller ni cátedra Universitaria) que el hecho de serlo, no les faculta para cambiar o renombrar pueblos, barrios ó lugares históricos. A aquellos que no lo son, y creen ser sabios, a ambos, que no sigan diciendo sandeces. A todos ellos les recomiendo que se molesten en consultar las hemerotecas.

 

P.D. Nada tengo en contra de los vecinos de El Puertillo, todo lo contrario, siempre me han tratado y les he tratado, como personas de buena vecindad; con educación y respeto.

 
José Antonio del Rosario