¿SIRVE ALGUNO?
Las luchas, ambiciones, egoísmos y sed de riqueza de los partidos que manejan la política local y central de este país, del estado que la autoriza y la consiente en cuyas manos está la suerte de nuestros bienes y de nuestros derechos y los sagrados intereses de la justicia. Tribunales incompletos; Fiscalías vacantes; Falta de profesionales en sanidad; Institutos sin profesorado suficiente; Recortes aquí y allá. Ante este desastre sin ejemplo, ante esta indiferencia de los gobiernos y de nuestros representantes, cabe pensar si alguna maldición ha caído sobre este País. Desatendidos por conveniencias supremas, ¿cómo es posible que la Justicia sea franca, recta y pronta su administración? Pero, ¿Cómo es posible una Sanidad ¿pública? con falta de profesionales, con brutales recortes y copagos? ¿Cómo es posible una enseñanza digna, sin contratar más profesores y recortar partidas presupuestarias? ¿Cómo es posible unos Servicios Sociales si despiden personal, recortan presupuesto y carecen de material por no pagar los vencimientos a su debido tiempo? ¿Es posible tanto debate político para que un parado de larga o corta duración, con familia a su cargo, se le pague 400 ó 450 euros que nunca llegará a final de mes, acaso no trabajó, no lo pagó en su día? ¿Cómo es posible que se congelen las pensiones cuando muchos pensionistas no llegan ni a 400 euros, acaso en su día no trabajó y los pagó? E de decir que la desvergüenza y la picaresca esta a la orden del día, en muchos hogares los jubilados molestaban, no tenían tiempo para atenderlos y los metían en una residencia, con el dinero de su pensión claro, hoy los sacan y vuelven a casa para aprovecharse de su dinero. ¿Qué calidad de vida tendrán? ¿Qué atenciones recibirán? ¿Quién o quienes le cuidará? ¿Los Servicios Sociales donde estarán?
Los gobiernos españoles nos tienen acostumbrados al abandono y al desprecio. Para ellos el País, es tierra que debe explotarse y lugar a donde conviene mandar lo que la dignidad de otros pueblos saben rechazar; pero ¿y nuestros representantes? ¿Es que estamos huérfanos de hombres y mujeres que luchen por nuestros intereses y que amparen nuestras legítimas aspiraciones? ¿Es que la justicia es cosa da poca monta? ¿Es que aquí nadie se mueve sino para las cuestiones personales? En los pueblos, el menor entorpecimiento en un servicio público o de justicia, es asunto suficiente para que sus Senadores y Diputados ¿sirven algunos en este país? interpelen al gobierno y hagan objetiva oposición en las Cámaras. No es ese el ejemplo seguido por nuestros representantes que con su silencio, autorizan ese abandono torpe ó injusto, en perjuicio de los intereses de todo un pueblo.
Cuando no defendemos nuestros derechos perdemos la dignidad y la dignidad no se negocia. "Si luchamos podemos perder, si no luchamos estamos perdidos"
José Antonio del Rosario