viernes, 25 de abril de 2014

¡POBRE PATRIA CANARIA!



¡POBRE PATRIA CANARIA!



Al aproximarse la terminación de esta legislatura, una vez más vergonzosa y humillante, que nos costó y nos sigue costando la pérdida de grandes logros sociales, culturales y laborales, como de nuestro prestigio canario mancillado.

 

 Cuando la indignación pública señala a los culpables de tantos infortunios, esos políticos y grandes empresarios con arrepentimiento fingido y llanto hipócrita, juraron regenerar la Canarias moribunda.

 

 Y ¡que regeneración tan fatal nos han traído los doctores fingidos demócratas, nacionalistas, derechistas e izquierdistas! Continuamos padeciendo esa degeneración en nuestra piel, pueblo infortunado de Canarias las consecuencias.

 

 Diste tus hijos para la Democracia, hoy dirigida por traidores; entregaste tu vida, tu futuro, el dinero que te pedían para defender el honor patrio, y esto ha parecido poco, puesto que en estos momentos exigen el sudor de tus pesadas labores de las que hoy careces.

 

 Un loco, un Gobierno que delira, va terminando con la Agricultura y va matando la Industria, la educación, la sanidad, los servicios sociales y el Comercio. Imponiéndonos cada día más impuestos y exigiéndonos con amenazas su pago, nada le importa ni le conmueve que no tengas para comer y que en la calle vivas.

 

 Los gobernantes se salvan cobrando grandes sueldos, estos y los grandes empresarios llenan sus carteras y nos recetan, como remedio para nuestras dolencias sociales y culturales, insoportables impuestos y recargos varios. ¡Nos redimen con hambre y miseria! ¿Soportaremos la miseria y permitiremos el robo? Quizá el pueblo defienda con energía de perro de presa herido el país que le arrebatan.

 

 Ya grita; veremos si pasa su furor o se lanza a dentelladas contra sus enemigos. Los enemigos de su hacienda, los enemigos de su honra, los enemigos de su lucha social, los enemigos de su esfuerzo cultural, los enemigos de su logro laboral, los enemigos de su vida.

 

¡POBRE PATRIA CANARIA! Que mal te veo.

 

 

 

José Antonio del Rosario

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