lunes, 16 de junio de 2014

¿LLEGÓ LA ESPERANZA DESEADA?



¿Llegó la Esperanza deseada?

 

 España, queridos míos, acaba de realizar gloriosamente una revolución inmaculada que puede si es lógica con su origen, y si tiene la audacia que en ciertos momentos se llama genio, colocarla a la cabeza, de las naciones, europeas, realizándose así esperanzas que tantas veces hemos demandado y por las que tantas veces hemos luchado.

 

 Los españoles pueden y deben  dar el bautismo de la realidad a la gran idea de la época, y conquistar la más gloriosa de las iniciativas, durante una larga etapa en el camino de la civilización. Si no osa hacer lo que el mundo espera de ella, se condena a un período de inferioridad, decadencia y anarquía, y a la necesidad que debe evitarse previsoramente de una segunda revolución.

 

 Llegó “PODEMOS” la juventud desencantada y asqueada de políticas de conveniencias, irrumpe con fuerza en la escena esperanzadora de una política por y para el pueblo.

 

“Se nos podrá acusar de estar defendiendo al pueblo, pero no nos podrán acusar de habernos arrodillado ante el Banco Central Europeo".

"Nuestro objetivo es seguir avanzando para tener un Gobierno decente donde ningún poder financiero (político ni empresarial) esté por encima de los derechos de la gente”. Pablo Iglesias.

 Recomiendo a los que abrigan tendencias dictatoriales tratando de mendigar un nuevo modelo aborrecible a las naciones extranjeras que quieren imponernos extremismos y nacionalismos caciquiles.

 

 Después de haber recorrido a grandes rasgos la reciente historia política de este país, fijándome en las causas que han torcido el curso de aquella y produciendo nuestra decadencia y postración en varias épocas, reconozco que todo el poder y toda lo grandeza que alcanzó España, cayó a los pies de la política torpe y funesta de la mayoría de formaciones y partidos cuyo afán primigenio es la corrupción y el enriquecimiento ilícito, a puesto a esta Nación al borde del abismo. Esa dinastía o casta política, fue y continúa siendo el verdugo de los males de este País.

 

La pregunta es; ¿Llegó Esperanza para quedarse? Quizás.

 

José Antonio del Rosario

 

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