CON
LAS CARTAS MARCADAS
Han sido hasta ahora, desgraciadamente,
inútiles las concentraciones, las denuncias y manifestaciones practicadas por la mayoría
de los ciudadanos, para aliviar la precaria situación laboral, hospitalaria,
social, educacional, etc, etc. En que nos está colocando las políticas
intencionadamente impuestas, en este juego de cartas.
Inútil la campaña de protesta que viene
sosteniendo los bancos de alimentos, cáritas, ongs y familias particulares, por
muchas familias en el umbral de pobreza. Baldía las denuncias y protestas del
colectivo de jueces y abogados para la Democracia. Vanas las marchas de
protestas y denuncias de los profesionales por una sanidad pública de calidad y
gratuita. Estéril las protestas de catedráticos, profesores, maestros y
estudiantes por una enseñanza de calidad.
Gratuito el discurso de “La Familia Política”
en el Gobierno Autonómico , comunicando las conclusiones en el debate del
estado de la Nación Canaria, de sus arengas en campaña electoral, que más de
una vez han ocupado el sillón de mando en la Comunidad Autónoma, en Ayuntamientos y Cabildos. Mucho ruido y pocas
nueces a la hora de acometer sus promesas y dar veracidad sus propuestas y
pactos. Inútiles las protestas ciudadanas, estos sólo tienen el deber de pagar
impuestos y el derecho al pataleo, a este último ya le están poniendo coto.
Una disposición en 1927 hizo real la tan
deseada División de la Provincia, y cuando todos creíamos que haciendo buenos
sus principios de descentralización, tan decantados, sus gobiernos tenderían su
apoyo al resto de municipios de las islas, vemos pasar los años y llegamos a la
conclusión, de que sólo se han atrincherado en un lamentable egocentrismo,
siguen la ruta que Tenerife acuñó como suya, y continúan apoyando sus políticas
centralizadoras a toda costa.
Nada
hace más falta a la Provincia de Las Palmas, que la División de la Autonomía o
crear un Estado Federal asociado, ya que la división de la Provincia, de nada o
muy poco nos ha servido. El compadreo político entre las dos Provincias, se
repartieron el trabajo de sembrar la mala semilla de la discordia que la
“Familia Política” abona en la ciudadanía.
Los partidos políticos continúan su
interminable partida de Póker, cada cuatro años nos invitan a su maratoniana cita, eso sí, como buenos tahúres,
intentan convencernos muy seguido de que las cartas no están marcadas. Una
baraja nueva, la partida se repite, en
lo único que cambia son algunos jugadores. Para alguno de ellos, quizás
sea la última oportunidad de seguir en el circuito, y muchos de nosotros, abandonaremos la
partida, asqueados de tantos cobardes fulleros.
La pregunta es: ¿Se
jugaría Usted su futuro en una partida
de cartas, donde el resto de jugadores son unos consumados Tahúres?
Si es así, siga jugando.
José Antonio del Rosario
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