sábado, 11 de julio de 2015

DE REGRESO AL PASADO



DE REGRESO AL PASADO

      La Familia del Viernes en el Gobierno de la Nación pretende hacernos creer que ha escogido la senda democrática, cuando esta nunca fue su elección ni nunca la practicó; volvió de su viaje a un pasado para ella glorioso, para la mayoría de los ciudadanos terrible, mustio, lleno de desengaños y con la profunda convicción de que España ni lo desea, ni lo quiere. Los medios de comunicación oficiales y afines, forjan ovaciones y entusiasmos frenéticos, han querido hacer ver que el Presidente ha atravesado un camino lleno de flores; y la prensa imparcial, diciendo la verdad desnuda de toda prevención y uniendo su voz a la voz popular ha demostrado que “La Familia del Viernes” ha pisado un camino cubierto por todas partes de espinas. Alejada del centro bullicioso de la política y de los placeres de las Cortes Generales, ha podido comprender cuales son las aspiraciones de la voluntad nacional y cuanto se le ha engañado durante los casi cuatro años de su dominación y poderío radical.


     Por eso hay quienes aseguran que no esperará a que la revolución ciudadana llame a las puertas del Congreso y que se presente de frente y a mano armada exigiendo su renuncia; eso no sucederá, y no por miedo a su ley “mordaza” sino por sentido común. Le queda muy poco tiempo para despojarle de sus derechos y privilegios adquiridos, de tanta desigualdad social, y por eso hay quienes sostengan que bien pronto “La Familia del Viernes” volverá a su pasado glorioso cantando sus desventuras y desgracias.


     Como un huésped ha visitado las principales capitales; como a un huésped se le ha recibido y como aun huésped de nefastas consecuencias se le despedirá. Aquellos demócratas y republicanos, autores de toda perturbación, de todo desorden y de escándalo, según dice la derecha radical; aquellos demócratas y republicanos desobedientes, irrespetuosos levantiscos, rebeldes a la autoridad y contrarios a la Ley al servicio de la “Familia”, han sido los primeros en respetarla, en prestarle el acatamiento debido, mirando en ella un transeúnte, un caballero particular que reclama y tiene derecho a un hospedaje. Cuestión de civismo y cultura, diría yo.


     Adiós Presidente Rajoy, le decimos la mayoría de los ciudadanos;  visitó ciudades  democráticas y republicanas, y encontró en ellas hombres y mujeres, amigos del orden, de la tranquilidad y de la paz, y enemigos de la dictadura, pero enemigos leales y caballeros; adiós Presidente, exclamamos, continúe su camino que aquí quedan los demócratas y republicanos, trabajando por su causa noble  y por derrumbar el sillón de poder que ocupa; adiós Sr. Rajoy, le decimos, como Presidente nos asquea, como ciudadano le deseamos salud. Y mientras esta conducta es observada por demócratas y republicanos, muchos de aquellos que lo defendieron con calor y aparentaban ser fuertes sostenedores del sillón que ocupa, le volvían las espaldas y quizás se ocupan en darle la última estocada a su plan de ataque para escalar el poder y llenar sus aspiraciones por completo.


     En suma, Sr. Presidente…, ha tenido ocasión de convencerse de su impopularidad y de su escaso prestigio; de que sus partidarios han disminuido mucho, a causa de sus veleidades y continuos desaciertos, y de que el altivo pueblo español, no quiere poderes personales e inamovibles, sino el gobierno del pueblo por el pueblo representado en una Democracia ordenada y pacífica que es hoy la única esperanza de este País.




José Antonio del Rosario


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