jueves, 10 de agosto de 2017

ESTE PUEBLO ES ANSINA




ESTE PUEBLO ES ANSINA

 

      ¡Quien nos lo iba a decir, que nuestros méritos en eso de augurar eran muy superiores a los de la Curia romana! estampámos nuestras sospechas de que algo tramaban en las Cortes madrileñas nuestros admirables, gentiles y valerosos políticos representantes de lo suyo. Menos no podíamos esperar de su reconocido desprendimiento y patriotismo.

 

      Si no fuera por estos y sus compadres; que de mil distintas maneras todos ellos el cuál más disimulado que no se entera de lo que pasa a su alrededor, velan por la prosperidad del terruño, de estas apartadas piedras canarias por las que se parten el culo, ¿qué sería de nosotros? Ni las industrias del archipiélago prosperarían, ni los hombres emprendedores y de iniciativa y genio comercial como los señores Clavijos, Barraganes, Oramas, Rodriguez, Quevedos, Navarros, Antonas y otros no menos talentudos, podrían lucir sus habilidades.

 

      Nos vale que estos respetables patricios sin trampa ni cartón están siempre dispuestos a sacrificarse, a gastar su dinero, en surcar los mares y a codearse con covachuelistas en beneficio de su amada Patria Canaria, ¡que si no!

 

      No puede haber nada más justo, más digno de defensa y protección que los monopolios en Canarias y el resto del país. ¿Que los víveres y artículos varios, se podrían pagar un tercio más barato si no existiera el monopolio? ¿Y qué? ¿Que con ello se perjudica al pueblo? El pueblo es una cosa que carece de autoridad, anónima, desconocida y deficitaria. ¿Qué diantres puede importarnos de él? Si lo jeringa que lo jeringuen.

 

      Por el contrario, ¿qué ganancias no obtendrían de ese monopolio los patriotas que aquí explotan a la mayoría de la población por la golosa industria? Y, desengañémonos, esto es lo interesante, lo importante, lo digno de apoyo y consideración.

 

      Lo entienden así algunos de los diputados, senadores y fauna política variada que dignamente muy dignamente representan estas ínsulas Baratarias, para muchos que en ellas cobran el barato no han titubeado en servir de bastón a monopolistas al uso, para que estos en honorable fauna depredadora continúen cabalgando cómodamente a lomos del dulce machito. Y todo en beneficio del país y para mayor gloria del comercio humano y género material.

 

      No habían de ser menos esos diputados, senadores y fauna política variada que corrompe el país. Patriotas abnegados y heroicos, que componen la aplastante y hasta a veces hilarante mayoría desestabilizadora. Es sabido que siempre han rivalizado ¡que ricos, caciques y servidores, en patriotismo abnegado y sacrificios pagados por la patria. "Todo por Canarias y para Canarias", ha sido el lema de estos caballeros de la Laja Redonda, que viene a ser lo mismo que por sus talentos, por su honra, profundísima hasta perderse de vista; que ahonda hasta lo más íntimo u oculto y no se detiene en lo superficial, que con sabiduría han logrado ocupar los primeros lugares en el foro, en la política, en la afoto, en toda empresa y lugar por ardua que haya sido la terea. Eso sí, ¡viva Canarias!, aquí todos son muy listos y el patriotismo los desbordan, pueden mirar cara a cara al mundo y exclamar: ¡Compromiso y pobreza!

 

      Pero, la dicha nunca viene completa, y las mejores obras son pagadas con amargas ingratitudes por esos seres insignificantes que inundan el inframundo, y ya anda por ahí la plebe de vendedores de lo ajeno diciendo que los representantes de los monopolistas y demás fauna y flora de la mayoría gobernante, es digna de que se le cuelgue un cacharro en la levita o de la americana para pedir el próximo voto; que a los lumbreras que se hallan en la Corte debieran recibírseles con la Banda de Guayedra, confetis y serpentinas, que los senadores sus auxiliares debieran enviarles unos abanicos, se suda mucho en el hemiciclo.

 

      Y esto no, cada cosa en su momento y el patriotismo en tiempo, como las batatas. A cada cual lo suyo, y al que Dios se la de San Pedro el de Los Bañaderos se la bendiga.

 

      Pero este pueblo es ansina ¡Tanto tesón en el trabajo pretende pagarse con los más amargos jugos de la ingratitud!

 

      No hay justicia en el mundo. ¡Que desengaño! ¡Ser mediadores o vendedores políticos, desvelarse por la prosperidad de las industrias del país, obtener un hermoso monopolio, para esto!

 

Es para ir a mear y no echar ni gota.

 

 

 

José Antonio del Rosario

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