jueves, 21 de mayo de 2015

EL CIRCO DE LAS BATALLAS



EL CIRCO DE LAS BATALLAS
                He aquí una fecha que constituye una de las páginas más brillantes de la historia democrática de este País; cual fue aquella en que unos golfos memorables, se ensalzaron en choque de las escuadras que combaten en un duelo por conquistar un sillón de mando: la de la Rosa marchita, la de la Gaviota enferma, la de la IU desunida, la de la CIU separatista, la de CC anticanaria, etc, etc.
         Era el amanecer del ocho de mayo de 2015, cuando las escuadras, caminando las unas hacia las otras, sin saberlo, se vieron no lejos del lugar de la contienda, mandan enarbolar sus estandartes al grito de ¡Victoria!
           Al fin las escuadras se juntan, se zancadillean, se mofan, se insultan, vociferan como piratas, sus espantosos rugidos resuenan como matones en la arena del circo. Más la sangre no llega a caer en la arena. Las escuadras de una y otra parte, en el desorden de tan esperado choque, se hallaban tan cerca, que casi se tocaban las bembas: el combate, por lo tanto, era bochornoso, y el fanatismo de las victimas sobresalía a veces por encima del estampido de las palabras, formando una lúgubre armonía con el fragoroso estruendo de los estandartes que caían hechos astillas: resonaban las hordas formando un solo gemido.
                Después de varios años de programar las escaramuzas, los caducos amos se disputan la jefatura haciendo viajes y promesas de mal histrión (actor teatral) para darse apariencias de estadistas. Nada tiene que agradecerles los ciudadanos, al contrario, el haber dado vida al separatismo en reinos de taifas donde no están presentes, para evitar que se juntaran algunas escuadras que debían protestar en común de los desastres programados; el haber vaciado las arcar en detrimento del País, el ser cómplices de la despoblación en muchas poblaciones, donde la miseria y la falta de trabajo hacía imposible la vida de sus habitantes.
           La batalla se ha convertido en un combate grosero y soez; insignias y estandartes ruedan por la arena del circo, la lucha se vuelve pendenciara y traicionera, más propia de salteadores de caminos; en el ataque personal se usa todo tipo de armamento, todo vale para vencer y humillar al contrario. Nada importa que las demás naciones se avergüencen y se horroricen de tantas y chabacanas escaramuzas, donde las escuadras descarada y vergonzosamente han obviado el honor y la valentía en el combate.

          Un hermoso legado nos deja los pestilentes cadáveres de las escuadras conservadoras en lid, cuando la herencia ha pasado ya a manos de caciques, corruptos y dictadores.

José Antonio del Rosario

No hay comentarios: