EL
CIRCO DE LAS BATALLAS
He aquí una fecha que constituye una de
las páginas más brillantes de la historia democrática de este País; cual fue
aquella en que unos golfos memorables, se ensalzaron en choque de las escuadras
que combaten en un duelo por conquistar un sillón de mando: la de la Rosa
marchita, la de la Gaviota enferma, la de la IU desunida, la de la CIU
separatista, la de CC anticanaria, etc, etc.
Era el amanecer del ocho de mayo de 2015,
cuando las escuadras, caminando las unas hacia las otras, sin saberlo, se
vieron no lejos del lugar de la contienda, mandan enarbolar sus estandartes al
grito de ¡Victoria!
Al fin las escuadras se juntan, se
zancadillean, se mofan, se insultan, vociferan como piratas, sus espantosos
rugidos resuenan como matones en la arena del circo. Más la sangre no llega a
caer en la arena. Las escuadras de una y otra parte, en el desorden de tan
esperado choque, se hallaban tan cerca, que casi se tocaban las bembas: el
combate, por lo tanto, era bochornoso, y el fanatismo de las victimas
sobresalía a veces por encima del estampido de las palabras, formando una
lúgubre armonía con el fragoroso estruendo de los estandartes que caían hechos
astillas: resonaban las hordas formando un solo gemido.
Después de varios años de programar las
escaramuzas, los caducos amos se disputan la jefatura haciendo viajes y
promesas de mal histrión (actor teatral) para darse apariencias de estadistas.
Nada tiene que agradecerles los ciudadanos, al contrario, el haber dado vida al
separatismo en reinos de taifas donde no están presentes, para evitar que se
juntaran algunas escuadras que debían protestar en común de los desastres
programados; el haber vaciado las arcar en detrimento del País, el ser
cómplices de la despoblación en muchas poblaciones, donde la miseria y la falta
de trabajo hacía imposible la vida de sus habitantes.
La batalla se ha convertido en un
combate grosero y soez; insignias y estandartes ruedan por la arena del circo,
la lucha se vuelve pendenciara y traicionera, más propia de salteadores de
caminos; en el ataque personal se usa todo tipo de armamento, todo vale para
vencer y humillar al contrario. Nada importa que las demás naciones se
avergüencen y se horroricen de tantas y chabacanas escaramuzas, donde las
escuadras descarada y vergonzosamente han obviado el honor y la valentía en el
combate.
Un hermoso legado nos deja los
pestilentes cadáveres de las escuadras conservadoras en lid, cuando la herencia
ha pasado ya a manos de caciques, corruptos y dictadores.
José Antonio del Rosario
No hay comentarios:
Publicar un comentario