SONOROS
AMBIENTALES
La mayoría
de los ciudadanos felicitamos al gobierno instalado en el Consistorio de la
Capital de la isla de Gran Canaria, por tan sofisticada sonorización que nos
permiten deleitarnos de los cientos de conciertos de muy diversos estilos
musicales que soportamos todos los días con sus noches, para divino castigo de
nuestra tranquilidad.
Con el anterior gobierno la mayoría de los
contribuyentes del municipio, y sobre todo los de su Capital, estábamos más que
hartos de que nos rompieran los tímpanos el alto volumen de tantos sonoros
estilos, con que nos deleitaban todo tipo de comercios, hogares y parque
automovilístico. Maldito fue el caso que hicieron entonces a tanto escrito de
protesta.
Ayer se escuchaban estos conciertos cuatro calles
distantes del punto de partida, hoy los escuchamos desde Vegueta hasta el
Obelisco lejos del mismo punto. La mayoría de los ciudadanos creíamos que con
el nuevo gobierno en nuestro Consistorio cesaría o se apaciguaría en gran
medida, esta sofisticada forma sonorizadora de agravarnos bastante más las
jaquecas y desequilibrios que padecemos diariamente, debido a la inacción de
aplicar la ley, por aquellos que tienen el deber y la obligación de
ejecutarlas.
Y es que, ¿cuándo desde el Consistorio nos demuestran
día y noche que el área encargada de Proteger el Medio Ambiente contra Ruidos y
Vibraciones con su edil al frente no funciona? No son capaces de tomar
drásticas medidas para subsanar este grave problema por el bien de la
comunidad. A no ser, que este caos forme parte de la modernidad que el nuevo
gobierno quiere darle al municipio para atraer un turismo de alta calidad (?).
Según los residentes, parece ser que desde el servicio
encargado a tal fin sólo tienen una unánime contestación, “DENUNCIE USTED”. Con
más de 380.000 habitantes, se preguntan cuántos miles de denuncias se hacen
anualmente para que sólo al 1% se le dé el visto bueno de infracción de la Ley.
Los contribuyentes nos preguntamos para que tenemos
que sufragar los gastos de muebles y material de oficina, de aparatos y
consumibles informáticos, de personal y otros tantos varios en acondicionar un
departamento, que en nada o en casi nada, es capaz de solucionar esta sonora
lacra social. Para qué este derroche de dinero si a la pregunta del policía
local ¿va Usted a denunciar? Y al consentir nos vemos obligados a contratar
abogado, procurador, más el papeleo que todo esto conlleva para terminar ante
un juez que con suerte nos dé la razón. Esto continuará sucediendo para
desgracia del contribuyente, mientras que desde la administración municipal se
sigan cursando sanciones administrativas irrisorias, dando siempre ventaja al
infractor que con una sonrisa pagará sin mayor problema.
La Asociación Española para la Calidad Acústica
(AECOR) calcula que el 32% de los ciudadanos están sometidos a un nivel de
ruido ambiental superior a los 55 decibelios durante la noche y el 24% reciben
un impacto que supera los 65 en el promedio de las 24 horas del día.
Comprobado está, que en otros países el turismo de
alta calidad busca sobre todo tranquilidad y seguridad, “algo de lo que este
municipio adolece, para desgracia del residente y de quienes nos visitan”.
También demandan calidad profesional en servicios hoteleros, restauración,
ocio, etc, que les garanticen una estancia segura y que les dé confianza en el
regreso.
Pero, sobre todo, los ciudadanos de este municipio les
demandamos la adecuación del mismo no sólo para el turista que nos visita, los
residentes y contribuyentes también pedimos Ley y Orden.
Parece
ser que, para el gobierno actual en el Consistorio de la Capital de la isla, no
son suficiente las continuas quejas de los residentes, más que artos de los conciertos
diarios producidos por cientos de discotecas y karaokes que nos brindan incívicos
ciudadanos desde sus hogares, comercios varios y toda clase de vehículos que
transitan por las calles de esta Capital.
Y
por si todo esto no fuera suficiente, desde el Consistorio su gobierno nos
anuncia que las terrazas en la vía pública de la Capital tienen permiso para
poner sus discotecas y karaokes en marcha, siempre y cuando no molesten a los
vecinos. Las miles de llamadas a la policía local y las miles de denuncias
anuales por escándalos y ruidos no son suficientes para quienes gobierna este municipio.
De igual modo que lo pide el turista para venir, les
recordamos que nosotros hace tiempo que estamos aquí.
José Antonio del Rosario
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