Los inmigrantes son los que tienen que adaptarse al nuevo país que llegan, en este caso a Canarias, no los canarios. Y si no les gusta, que se vayan. Los canarios estamos hartos de que nuestros asalariados políticos den prioridad a los que llegan de fuera y no a los que residen dentro. Canarias siempre se esté preocupando de no ofender a otros pueblos y sus culturas.
(1. Nuestra cultura se ha desarrollado sobre siglos de luchas, pruebas, derrotas y victorias de cientos de miles de hombres y mujeres que vinieron aquí en busca de libertad ). Aquí hablamos español fundamentalmente.(2. No hablamos árabe, chino, ingles, ruso, japonés ni ninguna otra lengua. Por lo tanto, si los inmigrantes quieren convertirse en parte de esta sociedad, ¡que aprendan nuestro idioma!. Nuestro gobierno no tiene por que sufragar los gastos de sus religiones sus colegios sus clínicas, lugares de ocio o cualquier otra actividad que forme parte de sus culturas.
La mayoría de los canarios somos cristianos, practicantes o no, laicos, ateos, etc.. (3. Esto no es una ONG ni un juego político. Se trata de una verdad, de hombres y mujeres que fundaron esta nación basados en unos principios, la historia está bien documentada. Si les ofende, entonces le sugiero que busquen otra parte del mundo para vivir, porque nuestra idiosincrasia y nuestra forma de vivir son parte de nuestra cultura ).
(4. Somos tolerantes con las creencias y culturas de los pueblos que aquí se establecen, pero tienen que aceptar las nuestras para poder vivir en armonía y paz junto a nosotros. Este es nuestro país, y estas son nuestras costumbres y estilo de vida. Permitiremos a todos que disfruten de lo nuestro, pero cuando dejen de quejarse, de menospreciarnos y de protestar contra nuestras costumbres ), nuestro sistema, nuestro orgullo de ser canario, nuestras creencias o nuestro modo de vida. Les recomiendo encarecidamente que aprovechen la gran oportunidad de libertad que tienen en Canarias.
Probablemente en sus países de origen no se dan las condiciones de vida y prosperidad que pueden lograr en el nuestro, aprovechen la oportunidad y respétenos. A quienes no les guste cómo vivimos los canarios, tienen la libertad de marcharse, nadie los obligó a venir, así que ya es hora de que acepten al país que les acoge.
Se levantarán voces de reprobación de aquellos que pregonan solidaridad, de los que presumen en público su concepto no racial, otros muchos que se jactan de manifestar su condición samaritana y otros tantos con sus arengas políticas cargadas de hipocresías.
Estoy casi de acuerdo con el primer ministro de Australia, John Howard.
(Reproducción parcial de su escrito, párrafos 1, 2, 3, y 4).
José Antonio del Rosario
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